Como ya decíamos la característica principal del estilo nórdico es buscar la utilidad máxima, más que nada porque la vida en el norte de Europa es mucho mas dura y fría que en cualquier otro sitio y necesitaban unos muebles que durasen más y que pudieran confiar mas en ellos, por eso los fabricaban con madera propia de sus bosques, cosa que al coger fama se acabo perdiendo.

Pero no fue hasta el S.XX que se empieza tener un gran afán por la decoración y el estilo abre fronteras al resto del mundo. Se abandonan los productos artesanales y se da el paso a la industrialización.
Aunque en esa época el norte estaba algo incomunicado, los diseñadores empezaron a tomar contacto con los demás diseñadores del resto de Europa, cada uno tenia una cosa que aportarle al otro y por ello recibieron bastantes influencias de los demás movimientos.

Un momento muy importante de este estilo fue la exposición de Estocolmo de 1930, una feria dedicada al mueble y a los últimos diseños de la época. Aprovecharon esta convención para dar un mensaje político y fue este punto donde incluyeron muebles fabricados industrialmente y dejaban de lado, poco a poco, la artesanía típica del norte.
Esta exposición fue una gran oportunidad para muchos de los artistas de la época porque aprovecharon este momento para darse a conocer y para poder compartir sus nuevos proyectos o ideas con los demás artistas, cosa que no habían podido hacer antes a este nivel. La feria también dio a conocer las nuevas alternativas de vivienda, apartamentos con espacios amplios para todos los integrantes de la familia.  
Después de esta exposición se trato de dejar claro que los muebles tuvieran un precio razonable para que todo el mundo pudiera acceder a estos productos.

Como hemos dicho anteriormente buscaban entornos cómodos y alegres porque al ser países tan oscuros, con tan pocas horas de luz, pasaban mucho tiempo en casa y necesitaban muebles prácticos.